Resumen: Día 4 del juicio final

Viernes 30 de septiembre de 2011
JUICIO CONTRA MURRAY - Día 4



Primer testigo, Robert Russell, un ex-paciente del medico y el primero en subir al estrado para declarar, describió la atención que había recibido de Murray después de sufrir un ataque al corazón en marzo de 2009.

Dijo que estaba contento con el doctor Murray entre esa fecha y mediados de junio de 2009. "¿Siente que le salvó la vida?", preguntó la fiscal Deborah Brasil. "Sí," respondió Russell.

Pero dijo que todo cambió cuando Murray le dijo que tendría que dejar su consultorio para "ocuparse de un paciente en el Reino Unido". "me sentí abandonado por el doctor Murray cuando canceló mi primera cita de seguimiento el 15 de junio de 2009 y la segunda fijada para el 22 de junio, habiéndome atendido cuando sufrí de un infarto al corazón en marzo de ese año."

"Me sentía un poco frustrado. Era mi vida la que estaba en juego, y yo quería saber exactamente cómo estaba. Sentí que me debía una respuesta", dijo Russell ante la corte.

El 25 de junio, día de la muerte de Michael Jackson, Russell llamó al consultorio del doctor Murray y “amenacé con demandarlo si no me contestaba, y luego recibí un mensaje del doctor Murray diciéndome que mi corazón estaba reparado, lo cual me extrañó porque él mismo me dijo que, después de la crisis cardiaca que sufrí, mi corazón no se podía reparar."

Russell también señaló que "me sentí abandonado porque, en la oficina del doctor Murray donde tenían mi historia clínica, tampoco me proporcionaron ningún contacto con otro cardiólogo en su reemplazo."

Robert Russell

El paramédico Richard Senneff, uno de los cuatro paramédicos que trabajaron en busca de resucitar a Jackson, explicó que el 25 de junio de 2009 llegó al dormitorio del "rey del pop" cinco minutos después de la llamada de auxilio, una respuesta rápida que le hizo pensar que podrían salvar al paciente cuya identidad desconocía y que se encontraba en parada cardiorespiratoria.

Senneff preguntó a Murray al entrar en la estancia cuál era la situación médica de Jackson y tras reiterar la pregunta tres veces ante la ausencia de respuesta, éste le aseguró que el cantante no estaba tomando nada salvo "un poco de lorazepam para dormir"

"¿Algo más?" dijo el Senneff, quien recordó que Murray le contestó "no, eso es todo".

Murray confesaría posteriormente en los interrogatorios con la Policía que le había administrado también propofol, un potente anestésico que la autopsia determinó como causa de la muerte de Jackson.

Senneff manifestó que Murray le contó, inicialmente, que Jackson no padecía problema alguno de salud, pero dijo después a los medicos que él estaba tratando a al artista de "deshidratación" y "agotamiento".

El testigo confesó que la información provista por el acusado le resultó incongruente por la existencia de un gotero con una bolsa y una botella de oxígeno. Además, el aspecto vulnerable de Jackson le llevó a pensar que el paciente podía llevar así mucho más de cinco minutos.

"La piel estaba fría, las pupilas dilatadas, los ojos secos", comentó Senneff que indicó que las máquinas para registrar el ritmo cardíaco nunca detectaron latido.

Para el paramédico, Jackson lucía como si hubiera padecido una "enfermedad crónica", aunque a preguntas de los abogados de Murray respondió que era muy osado afirmar que parecía el cuerpo de un drogadicto.

El equipo de emergencias trató de revivir al cantante durante cerca de 30 minutos y le inyectó dos dosis de epinefrina y atropina sin resultado.

En un momento dado, Murray aseguró que Jackson tenía pulso pero ninguno de los paramédicos ni sus equipos pudieron corroborarlo.

Jackson iba a ser declarado muerto en la casa, según Senneff, a las 12.57 de la tarde del día 25, pero el doctor Murray insistió en llevar al cantante al hospital donde se certificaría el fallecimiento cerca de las 2.30 de la tarde.

Senneff apuntó además que vio cómo Murray recogió medicamentos que estaban presentes en la habitación antes de marcharse al hospital.

Richard Senneff


Luego fue el turno de Robert Johnson, director de Calidad y Asuntos Clínicos de la empresa fabricante de equipamientos médicos Nonin Medical, quien explicó que el material que tenía Murray en la habitación de Jackson era inadecuado para conocer el estado del cantante de forma prolongada.

"Solo es apto para una revisión puntual de pulso y saturación de oxígeno", dijo Johnson, cuya compañía distribuye el medidor Nonin 9500 que Murray colocó en los dedos del artista el día de su muerte.

"No es apropiado porque no tiene alarma", añadió el testigo que preguntado por la defensa del doctor aseguró que el galeno tendría que estar mirando en todo momento la pantalla del dispositivo para controlar las constantes. De otra forma no sabría si Jackson había sufrido un paro cardíaco.

Johnson explicó que el Nonin 9500 estaba diseñado para medir puntualmente el pulso, una operación que tarda 10 segundos, no para su instalación permanente.

La Fiscalía apuntó que el dispositivo usado por Murray era uno de baja gama con un precio inferior a 300 dólares y que existían otros en el mercado a partir de 750 dólares pensados para un monitoreo prolongado.

Robert Johnson


El siguiente testigo fue Martin Blount quien al entrar a la habitación, vio a Michael en la cama, hecho que se contradice con lo que han dicho anteriores testigos, y Murray les dijo "(Michael) necesita ayuda"

Blount inmediatamente reconoció al paciente como Michael Jackson y con ayuda de los paramédicos, colocaron a michael al final de la cama (ya en el suelo) porque tenían más espacio y se centró en dar aire, cogió la cabeza de Michael, la movió un poco para que el aire le entrara directamente a los pulmones. Después de hacer las maniobras básicas de resucitación, introdujo un tubo traqueal a Michael por la garganta (el tubo conectado a uno de los tanques de oxígeno).

Vio que Michael no estaba respirando, no se movía, sus ojos estaban abiertos, fijos y dilatados. "Creía que ya estaba muerto". Ante la preguna de si había observado algun equipo medico, respondio que el equipamiento que vio en la habitación fue: tanque de oxígeno, tubo en la nariz de Michael (para darle oxígeno), un gotero conectado a su pierna derecha, una bolsa de 1000cc conectada al IV y un catéter, que se utiliza para cuando una persona no puede ir al baño por su propia voluntad (cuando alguien está sedado por varias horas).

Murray les dijo que Michael llevaba "ensayando 16 horas y necesitaba medicación" para rehidratarse.

Blount testifica que vio 3 recipientes abiertos de Lidocaina en el suelo. Tras preguntas de la fiscal, mencionó que los paramédicos nunca usan Lidocaina, de hecho ni siquiera la llevan en su material. Luego agregó que vio a Murray esconderlas y meterlas en una bolsa negra. No volvió a verlas.

Murray no dijo nada del Propofol ni tampoco dio información sobre ninguna otra medicación administrada.

Cuando Sennef le preguntó a Murray cuándo había entrado en paro Michael, Blount oyó a Murray decir: "Hace un minuto" lo cual teniendo en cuenta el estado de Michael, según Blount, eso no era posible.

A las 12:57h, cuando el UCLA decidió pronunciar muerto a Michael, Murray asumió el tratamiento y decidió continuar, por lo que Michael fue traladado al hospital y cuando iban en la ambulancia, Murray estuvo hablando por teléfono. Blount le oyó decir: "Es sobre Michael, no tiene buena pinta".

Por ultimo agregó "Nunca vi ninguna señal de vida"

Martin Blount

Por último, llego el momento de testificar a Richelle Cooper, medica del UCLA, quien menciono que cuando los paramédicos estaban hablando con el UCLA a las 12:57h, la información que le dieron a Cooper fue: paciente intubado, asistólica, no respira, le han administrado medicamentos para revivirle, sin conseguir efecto alguno.

Ella les autorizó a declarar la muerte de Michael pues el protocolo en LA es: Si se está intentando revivir a un paciente durante 20 minutos, y no hay ninguna mejora, se le declara muerto. (En este caso los paramédicos estuvieron trabajando en Michael durante 42 minutos).

Informaron a Cooper que había un médico en la habitación con el paciente y que él decidió ser el responsable de todo lo que sucediera.

Ante la decisión de trasladar a Michael al hospital, Los paramédicos llegaron al UCLA sobre la 13:13h / 13:14h.

Cooper habló con Murray y le preguntó "¿Qué ha pasado?". Murray le contestó: "Michael ha estado trabajando muchas horas, le he dado 2mg de Lorazepam. Poco después, le volví a dar la misma dosis, y entró en paro"

No mencionó el Propofol en ningún momento y no proporcionó ningún informe médico, ninguna documentación. Murray poco después mencionó Valium (benzodiazepina, ansiolítico) y Flomax (relajante muscular).

Cooper le preguntó sobre el estado previo de Michael (si había tenido problemas de corazón, había tomado medicamentos, se quejaba de dolores de pecho...). Murray le contestó "No" a todo.

Michael no tenía ninguna señal de trauma, estaba clínicamente muerto: no tenía pulso, ninguna señal de vida, ojos dilatados, no respiraba, y el ritmo del corazón era lento y ancho. Según Cooper, esa "es una señal clara de un corazón muriendo".

Cooper también explicó qué es una línea central: "Es un tubo de IV más largo y más grande que nos permite acceder a una línea central de circulación, es mejor que intentar acceder desde el brazo".

Esa línea central era la que Murray quería en hacer en la habitación de Michael, después de que el UCLA dijera que el paciente ya estaba muerto y Murray decidiera continuar con los esfuerzos de resucitación.

Cooper seguirá testificando el lunes 3 de Octubre

Richelle Cooper

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